Rap Sin Cuenta 2022

Estos discos, temas y artistas del rap en español llamaron nuestra atención durante el año que pasó. Escribimos de ellos para celebrarlos.

Santiago Cembrano
Lenguaje Roto

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Ilustración de Gavilán — @gavilanseis en Instagram

Que vivan las tradiciones como Rap Sin Cuenta, un espacio para reflexionar sobre lo que más nos gustó del rap en español del 2022. Fue un año rebueno y para analizarlo llegan nombres conocidos y otros que se suman por primera vez al proyecto. Esta vez somos Julia Álvarez (España), Daniel Caballero (España), Martín Córdova (Ecuador), Héctor Elí (México), Rodrigo Romero (Venezuela), Julián Roncancio (Colombia), Flor Viva (Argentina), Agustín Wicki (Argentina) y yo, Santiago Cembrano (Colombia).

Ahora sí a lo que vinimos, larga vida al rap nuestro. A leer y escuchar. Paz.

Afterclass (Luis7Lunes, Maco Maat & Vic Deal) — Rap Cum Laude

Desde el vamos Rap Cum Laude se faja con las expectativas lógicas que tiene el debut en conjunto de los miembros de Afterclass. Esta junta de todo el roster — Vic Deal, Luis7Lunes y Maco Maat — tiene una promesa subyacente: barras, barras, barras. Además del liricismo, cada uno de los integrantes del sello de Medellín brilla en su ley; Vic con los ponches, Luis con el delivery y Maco con la impronta. Los beats, muchos por Vic pero también tenemos a Ignorancia Sofisticada y Kid Sánchez en un par de tracks, nos muestran lo compenetrado que está el grupo. Víctor tiene claro que tipo de pista brindarle a sus pares para hacerlos lucir; “Quinto año consecutivo sacando trabajos, brother” afirma Maco en “Sóbelo”, y vaya que se nota.

El nombre del disco nos puede dar una pista: esta es una tesis que hay que saber leer para llegar a sus conclusiones. Una de las firmas del sello es dejar de lado los hooks y enfocarse en decir algo que valga la pena escuchar. “Con rimas así pa’ que hijueputas un coro”, ¿no? Maco, acaso el más criticado de los tres, logra encontrar un color constante durante el disco, acercándose a lo más ortodoxo del rap sin perder su esencia: muchas de las mejores frases del disco son suyas. Por otro lado, hay que hacer un apartado para Luis, que en este disco se gradúa de escritor y nos muestra, una vez más, que piensa superarse en cada lanzamiento Las imágenes que logra plasmar son más claras que nunca: “En los conciertos se maluquean. El profesor de spinning en un pogo de Afterclass jadea”, afirma, y de repente estamos en un venue caliente agitados, sudados. Por donde se lo vea, un disco Cum Laude: con honores, con elogios. — Martín Córdova

Albany — XXX

Albany encontró un hueco en la escena alternativa española con XXX. Anteriormente, el trap melancólico había definido los límites narrativos y estéticos de su obra, con proyectos como Alcohol & Sullivans y Se Trata de Mi, en los que las ideas no terminaban de aterrizar con firmeza y tenían un perfil de demo en vez de obra redonda y concisa. Pero el 2022 se recordará como ese punto de inflexión en la propuesta de Alba, esa cumbre creativa donde se labra un camino en un subgénero que no está lo suficientemente desarrollado en habla hispana como el digicore, al mismo tiempo que se perfila como una referencia internacional del mismo y las tendencias más melódicas asociadas al hip hop, la electrónica y el pop.

Durante todo el disco hay una frase que destaca con omnipresencia. “Estoy brillando tan alto que no puedo caer” es el leitmotiv de la narrativa en esta ocasión, que promete un mensaje más optimista junto al sonido eufórico, robótico, computarizado y sintético que caracteriza al universo de XXX. Pero a medida que se desarrolla el discurso nos damos cuenta de que la Albany melancólica del pasado sigue más presente que nunca. Lo único distinto es que ahora tomó la decisión de repetirse mantras positivos para crear la ilusión de estar superando a una expareja que aún vive en su mente. ¿Cuántos no nos hemos sentido identificados con este sentimiento? Ahí reside la magia de este, el mejor disco de Albany. Las letras son universales y su voz cobra más firmeza y sentimiento con las vocales ultra procesadas que caracterizan al hyper pop/digicore. Irónico, ¿verdad? Pero esta es la magia de estos sonidos, mientras más irreal y ficticio, más genuinas y magnéticas suenan las historias de su autora. — Rodrigo Romero

La Banda Bastön — Degeneración Nacional

El retrato sonoro de una sociedad podrida sólo podía escucharse en la voz de Muelas de Gallo y en los beats del Dr. Zupreeme, el dúo más exitoso del hip hop en México. Degeneración Nacional llega justo en medio del surreal gobierno obradorista, convirtiéndose en un relato social a través de un narrador que va hilando la realidad del mexicano que vive en la ciudad. Puro hip hop vieja escuela con un mensaje actual y unos cuantos experimentos pop como “Te Dejé Volar” con Daniel, “Me Estás Matando” o “En el Camino Aprendí” con Denise Gutierrez (Hello Seahorse). — Héctor Elí

Bejo — “RAPAPOLVO | Barracudas # 1” (prod. Nigma Beats)

Una de las gratas sorpresas de este año 2022 lleva sello canario. Fresco como situarse debajo de una cascada y dejar que el agua caiga sobre todo tu cuerpo. Se puso serio Bejo y volvió a pulular por los mundos del hip hop estricto con la inauguración de una nueva saga llamada Barracudas que, presumiblemente y conociendo su ritmo de trabajo, dará para mucho. Bajo el título de “RAPAPOLVO”, en esta primera entrega el artista combina dos elementos que dan lugar a un cóctel molotov musical: por un lado, conserva ese estilo tan peculiar que tradicionalmente otorga pertenecer al sur y a los territorios insulares; y por otro, hace gala de un rapeo serio y contundente (“Si en lugar de tanto hablar se callaran y escucharan / Quizás un día tendrían las cosas claras”). Resulta también divertido que mencione honoríficamente a dos de las series que son primas de Barracudas: “Esto no es Barras Bravas, esto no es Rap Sin Corte / Esto es Barracudas y vienen todas de golpe”, dice en referencia a los formatos utilizados por Natos y Waor y Foyone, respectivamente. Todo esto mientras late de fondo el “Welcome to the Next Level”, perteneciente a la canción del histórico trío de hip hop americano Tha Alkaholiks. No sé si es intencionado o no, pero en el vídeo que acompaña a la canción se puede ver a Bejo con un peinado similar al del mítico rapero Coolio; aquí me tiro un triple pero puede ser sinónimo de homenaje debido a su reciente fallecimiento. Lo dicho, con este primer capítulo el artista canario ha pegado un puñetazo encima de la mesa, veremos si con los siguientes estos golpes siguen siendo igual de fuertes y la mesa termina de romperse. — Daniel Caballero

Boogaloop Boy — Onions

No hay muchas voces en este beat tape, lo que sí hay son instrumentales que hablan por sí solas. Las baterías fuertes, los bajos, los pianos y los violines les dan un aire de oscuridad al álbum, te hacen sentir en un vecindario neoyorquino en los años noventa. Para quienes aman el boom bap, este es un disco para escuchar.

Onions es la segunda entrega de Boogaloop Boy como solista. Reconocido como The Beat Ssoldier en su paso por Delirium Tremenz, cambió su vida y se mudó a Europa, más propiamente a Luxemburgo, un pequeño estado donde reina la calma, muy diferente de la caótica Bogotá. Allí lanzó Black Butter en 2020 y este año preparó una receta de instrumentales crudas y picantes. Eso es Onions, diez cortes de beats rudos, diez preparaciones y tipos diferentes de cebolla, pero todas con la misma esencia. Así las cambies de lugar, siempre son Onions.

El sonido y la atmósfera que crea el álbum no es fruto del azar, es el resultado de música creada con máquinas análogas y guardadas en diskettes de 3.5 pulgadas. El álbum inicia con “Allium Cepa”, nombre científico del vegetal, una presentación adecuada que te abre las puertas a lo que escucharás después. En este track se escuchan las grabaciones telefónicas, cada una en un idioma diferente, que le dejan a Boogaloop, su esposa Leila P., su amigo y compañero Quinz Pro de Delirium y DJ PC, productor y hip hop head luxemburgués. Después vienen canciones para mover el cuello como “Red Onions”, “Onion Rings”, “White Onions” y “Bite a Raw Onion”, entre otras. Todas se sienten como cortes de una misma cebolla llena de samples y loops.

Steril One, fue el encargado del master del beat tape. La carátula del álbum fue ilustrada por Gavilán, quien junto a Juan Cárdenas de JKR, le dan todo el concepto gráfico. Se prensaron solamente cien vinilos, en una edición especial para coleccionistas; quiénes no alcanzaron se pueden conformar con escucharlo en plataformas. — Julián Roncancio

Castellanos & Nichess One — Disparos

El pulso del bajo hace vibrar la pared derruida; la luz titila con el piano descendiente, es fría y parece que pasa por alabastro, pero es solo mugre y polillas muertas. Con esos dos elementos, bajo y piano, en “Niveles Crudos” Castellanos ya logró una escena. Cuerdas, FX y percusión ya son arreglos de autor, detalles para más tensión a la trama que narran los Crudos Levels, Mic Zoldiah, Lethal Skillz y Nichess One. Y si ahí Castellanos hace expresionismo alemán, en “Carnada para Peces” filma un western y para “El Corte” pone el lente en body horror. “Castellanos” es cine mafia y “Vidas Inocentes” neorrealismo italiano. El estéreo reproduce grimy sound del más asqueroso, pero la búsqueda no es la de los neoyorquinos: es el rap cinematográfico, escuela venezolana.

Eso es Disparos, disco que enaltece el lugar de dos figuras gravitantes del hip hop caribeño en pleno prime. Nichess de Antimano, Caracas, como MC es alta escuela del sonido sucio en la región con Crudos Levels y también con RayOne en los Finest Cuts. Está en una etapa en la que se mantiene prolífico, con muchas colaboraciones internacionales, sean de Colombia, Perú o Argentina. Castellanos, de Maracay, acá alcanza esa instancia fundamental para un beatmaker que es producir enteramente un álbum para un liricista en particular. Llega a este debut en plena consagración, tras un año en el que fue mano derecha de Marc Ginale para YEYO (ya lo había sido en C.R.A.C.K, con Jonás Sanche) y así se posicionó como uno de los más duros del mundo para el sonido más hediondo.

Juntos hacen que cada compás sea un fotograma. Castellanos, como un sastre, solo hace beats a medida y en ese oficio es el opuesto a Edna Moda, sus trajes son para supervillanos. Nichess y los secuaces invitados no buscan tanta referencia en las barras, sino ser lo más literales posible para crear planos secuencia en los que la hostilidad de las calles latinoamericanas se sientan en la piel. El caraqueño no duda en pegar cuando hay que hacerlo: “Ese discurso que tu tienes hablando de ocultismo, no te lo crees ni tu mismo, nene”; y tampoco va a bajar la guardia ni un segundo: “Hablan de guerra, soy un ruso”. — Agustín Wicki

Cruz Cafuné — “Deporvidas” (prod. Choclock & Lex Luthorz)

“En el plan divino no sé sabe el cómo, el dónde y el quién como Kennedy”, canta Cruz Cafuné. No hay vida sin incertidumbre como no hay puntada sin dedal, es así, pero Cruzzi le hace frente al porvenir nublado y lo mira a los ojos con seguridad. Se apoya en los suyos — sus deporvidas y sus díasuno, su tío en el cielo y su tierra — y es todo lo que necesita para sentirse protegido al pisar el acelerador a fondo. Sobre bombos y bajos que podrían desestabilizar las placas tectónicas del Atlántico, dispuestos por su viejo aliado Choclock y el veterano productor Lex Luthorz, el rapero de Tenerife crea un nuevo banger que danza alrededor de la lealtad y el amor que da y recibe, su escudo vital.

“Deporvidas” por momentos se siente como una balada, inspiracional y reflexiva. La base minimalista, cuya percusión entra y sale como Abraham Simpson, por momentos deja desnudos el piano y los cantos de Cruzzi, que exhibe todo su talento melódico. Este sencillo también aterriza como un himno para gritar a todo pulmón en la ducha o en la disco. Quizás la gracia de esta canción, tan grande y tan íntima, habita en la tensión entre ambos humores. Esa tensión la intensifica su propio reconocimiento de que es héroe y villano a la vez, según a quién le preguntes. El camino es culebrero y él incorpora sus curvas, entre el deseo carnal y la lealtad a su familia, el rechazo de las armas y los dardos a sus enemigos. Recorre ese camino con paz gracias a algo que lo guía, lo junta con sus deporvidas y lo salva de ratas y espías.

El 2022 parece que va a acabar sin el álbum que tanto esperábamos de Cruz Cafuné, pero la sed fue saciada. A “Deporvidas” súmale “No Se Emula”, así como estrofas picantes en los discos de Hoke y Elio Toffana. Basta con esto porque cada vez que Cruzzi escupe, el óleo es para verlo una y otra vez: reírte de esa que no pillaste antes, investigar esa referencia y admirar la imagen tan vívida que pinta. El sello de identidad es tan fuerte que te hace sentir que solo él puede rapear esto. La milicia de 922–928 está, entonces, más fuerte que nunca. Cruzzi sigue haciéndolo por la cultura y la isla. Ese algo más grande que él lo sigue iluminando. — Santiago Cembrano

Dann Niggaz — The Sinistah Album II

Siempre se dice que las segundas partes no son buenas, pero esta es una excepción. The Sinistah Album, del rapero venezolano Dann Niggaz, tuvo su primera parte a inicios de julio. A finales del mismo mes llegó su complemento, llenó de barras competitivas y un sonido rudo. Es una película de terror. Desde su portada, Dann Niggaz, en medio de un bosque en invierno como si fuera un serial killer, advierte lo que viene. Treinta y cinco minutos de instrumentales oscuras, algunas de baterías fuertes otras drumless, acompañadas por rimas de experiencia, historias callejeras, reflexiones sobre el hip hop, recuerdos personales y proyecciones futurísticas. Esta media hora nos deja una conclusión clara, que el mismo rapero advierte: “A mis cuarenta todavía escupo rap de nivel”.

Y es que no esperábamos menos, Guaidani es uno de los referentes históricos del hip hop en Venezuela; agrupaciones como Niggaz Feel Da Hood, B.A.S.Y.C.O, Supremacy Hip Hop Clan o El Dojo han tenido su sello. The Sinistah Album II es su quinto proyecto como solista. La mayoría de beats del disco son obra de NicoJP, quién se encargó también de la producción, mezcla y master. Nico es colega de OldTape, Kpu y Drama Theme y como suele suceder con los beatmakers, su nombre pasa desapercibido; sin embargo, su trabajo habla por él: tiene en su palmarés álbumes y canciones de Rxnde Akozta, Apache, Ríal Guawankó, Nasty Killah, La Zaga y Cancerbero. Con esa hoja de vida, no podemos dudar de su nivel. También hay instrumentales de otros beatmakers como The Gambino, Original Dub Master y Efr3n, que no desentonan con el sonido que le ha dado NicoJP a los demás tracks. Hay cuts y scratches de Craz Digga y DJ Abud SP, conservando el estilo de antaño del rap.

Dann Niggaz rapea solo en la mayoría de canciones, únicamente en tres hay colaboraciones. Allí están los caraqueños Gegga y Nichess One (integrante de Crudos Levels) y el boricua R-Two. Son participaciones de peso que dejan varios de los mejores tracks de la placa. The Sinistah Album II fue el último disco de su hijo que pudo escuchar el maestro Francisco Liendo, músico y saxofonista de la legendaria agrupación Billo’s Caracas Boys. — Julián Roncancio

Dano & Gese Da O — Fly Ass Music

Con la de “El Manual”, en Ópera Fidelio de Ergo Pro, Dano ya tenía una de las mejores estrofas del 2022: la métrica exquisita, la camiseta sudada, la seguridad para dejar huella con dieciseis rimas. Luego llegó el back to back decembrino de “Balón de Oro” y “Nitrógeno” en Shock Wave de Elio Toffana y las redes se llenaron de alabanzas para uno de los mejores lápices del juego. Lo que seguía era esperar el disco nuevo: El Hombre Hace Planes Dios Se Ríe, a publicarse el 27 de enero de 2023. Sin embargo, el mismo día que anunció el lanzamiento del sucesor de Istmo, Dano, generoso, dejó caer que antes del fin del año también venía un EP con Gese Da O: Fly Ass Music.

Este es un regalo de navidad cortito, pero sustancioso. Son tres canciones de tres colores distintos que iluminan el vasto rango de Dano y Gese. Se sabe, pero vale la pena repetir que no es fácil hacer — hacer bien — un tema tipo Detroit, otro tan duro que le torcería la jeta a Conway si la tuviera recta y uno final que homenajea con calidez y tino la escuela G-Funk de Warren G y Nate Dogg. Hablo de hacerlo bien tanto en beats como en rapeos y acá hay que detenerse para saludar el año que tuvo Gese Da O, con bases estelares en Fidelio y Shock Wave, entre otros. 100% de tiros de campo para este hombre durante esta temporada.

Fly Ass Music fue hecho en su totalidad durante cuatro días de septiembre de 2022 en Pontevedra, Galicia, a donde Dano y Gese viajaron para el programa Beats & Bars. El nombre de programa resume el atractivo del proyecto: buenos beats y buenas rimas. Tres temas le bastan a Dano para plasmar su mundo, con su códigos característicos, y dejar abundantes barrotes. Mi favorito quizás sea el que cierra “Regulando”, el tercer tema: “Lo hice por la vecindad como Chespirito / Respeto, pero hay shit con la que no me identifico”. O tal vez sea “Aprender sufriendo, no solo estudiando, es un rango”, en “Willie Esco”. A lo mejor es una de “No Contigo”, como la imagen final de los huevos de corbata saludando al guardia. En fin, ya me entienden. — Santiago Cembrano

Easy-S, con Cruz Cafuné y Abhir Hathi — “Too Late Freestyle (Remix)” (prod. Cedes)

Confieso que siempre he mirado con recelo la mayoría de los remixes. Los hay que desvirtúan el sentido original de la canción, otros que directamente la estropean y un grupo que encuadra a los que pasan por el oído sin pena ni gloria. Obviamente, puesto que la he seleccionado, esta canción no entra en ninguna de esas tres categorías. Es más, estamos ante un remix que eleva el track a una nueva dimensión, más sólida. Primero, porque cuando uno ve que los invitados son artistas de la talla de Cruz Cafuné y Abhir Hathi lo primero que hace como mínimo es darle al play. Y segundo, porque solo hace falta escuchar los inicios de Cruzzi en el tema para ver que la cosa va de afilar los cuchillos: “No tengo tiempo para tus mierdas / ¿No tienes curro? ¿No tienes faena? / Tienes ‘personaje público’ en tu bio / Al menos la parte de ‘personaje’ es cierta”. Zambombazo.

Ya le avisa Adri, diseñador de Nike, a Easy-S en la intro que el tema original era un “pepinaco” y le invita a que se deje de tonterías y avise “a esta gente”. Así fue, tanto Cafuné como Hathi parecen haber pillado por el camimo el power-up de la famosa estrellita invencible de Mario Bros, arrasando todo a su paso con punchlines que bien podrían ser botes de ácido sulfúrico que se van lanzando a la cara de los indecentes. Imperdible la entrada de Hathi que, como siempre, se desliza contundentemente por las aguas del drama amoroso: “Me echa tanto de menos / Quiere llevarse el recuerdo en Blu-ray”. — Daniel Caballero

Easy- S & Toteking — Move.

Entre complicidad, amistad y tragos de ron nació este EP. Y con él, la enésima prueba (ya ni siquiera es novedad) de que uno de los titanes del rap español se sigue manteniendo en forma pese a superar los cuarenta años: hablamos de ToteKing y su nuevo trabajo conjunto con Easy-S, que desde luego le aguanta perfectamente el ritmo al rapero sevillano. Es Move. una minicápsula energizante (solo dura dieciseis minutos), con influencia de la electrónica, unos bajos estruendosos y distorsiones vocales que van salpicando todo el entramado instrumental comandado por J Moods, pero donde también aportan sus colores dos productores más: Spinnheli y Martello Sousa.

El EP tiene momentos de auténtico deleite lírico, como cuando Tote rapea en “Ciego Pro”: “A veces el empujón que dan no ayuda / Y a veces te cortan las alas y te suben a más altura”. O Easy por su parte en el segundo tema, ‘Jumanji’: “Abloh al dinero negro y sale Off-White”. Las referencias a artistas y a la cultura popular de la mano de Tote, también están presentes, aunque sean un poco…trágicas: “¿No te escuchan? mala suerte prima, el vuelo de Kobe, el avión de Aaliyah”. En “Cordón de Oro”, ambos hacen retrospectiva y recuerdan aquellos años donde todo era más sencillo y la inocente ilusión por los primeros logros eclipsaba todo el veneno que podía tener la industria en la que ahora están firmemente asentados. Rapea Easy-S: “Dejar de parecer y ser / Volver al niño con talento sin obedecer / En el pupitre con el casco por la manga en Bachiller”. Se cierra el EP con la preciosa “See U Soon”, una canción en la que Easy recuerda a un amigo fallecido y ToteKing a su padre; una canción dedicada íntegramente a la ausencia. Los coros femeninos del final y el tempo que adquiere la base elevan la emotividad. Se desangra Tote: “Estoy mirando tu foto escribiendo el texto / A mi corazón le hace falta un bypass pa’ decirte esto”. — Daniel Caballero

Elio Toffana — Shock Wave

Elio Toffana es un veterano. Y no es una mímica, una condena al olvido en forma de premio a la trayectoria, ni un etiquetado rápido de OG y a otra cosa. Jóvenes Bajo Presión salió en 2006, ¿cuántos siguen vigentes hace tanto? Y no sólo vigentes, Elio en unas semanas puso en marcha un tren bala del hype y se llevó todo por delante; en 2022, a trece años del gamechanger El Veneno. Serie 5 se patentó en 2021, incluso hace semanas se reeditó en físico, pero ya tenemos placa nueva, Shock Wave, algo todavía más raro siendo que venía con promedio de seis años entre disco y disco.

Justamente del impacto se trata Shock Wave. Elio, casi en forma de prólogo, escribió: “Siempre me he sentido como una bala que va atravesando líneas enemigas, sin cesar hacia el objetivo, abriendo paso y rompiendo límites para que los míos y todos los que iban detrás pudieran pasar por donde antes solo había muros”. Es luchar con la mentalidad de solo ir hacia adelante a sabiendas de que la ruptura “generaría un nuevo camino después de la confusión”. Así, un proyecto que podría haber sido una mixtape ligera pasó a ser un álbum con una misión.

La onda expansiva se vio venir desde el anuncio de la tracklist, quizás el mejor lineup que se haya visto desde los All Stars de Fania. Doblete de Dano, track nuevo de Océanica, Tote, Bobby y Peke, Las Ninyas, Ébano y Hoke, Cruzzi, Santa Salut y, raro pero funcional, Kiddo Toto. El apartado de los beats tampoco escasea talento: Lex Luthorz, Gese Da O, Grove La Firma, Manu Beats, Tensei One, El Secreto Produce, O.n.i.r.i.a, Cieloazul, Samuel Lorenzo y Dano una vez más. Las posibilidades de decepcionar eran del 0,00000000000…%. Aún programado para el 15 de diciembre desde el momento que se lo anunció apareció en la discusión de discos de rap del año. No hizo falta marketing.

En 2022 Elio es más Toffana que nunca, aún sin el filo dramático que tenía cuando rapeaba con Kael. Hoy es el único que puede flexear con ir a Cannes, con que no le piden autógrafos porque en persona da miedo. De por sí tener a los mejores de varias generaciones en su disco es un statement sobre su lugar en la escena y también de que no le tiembla la lapicera al lado de monstruos como Marlon Morales. Sigue obsesionado con las referencias (“Si pillaran códigos todos hablarían de mí”) y el formato it’s like (“Van a ponerte el ojo morado, David Bowie”). Hay yacht rock, Detroit trap, UK drill y más subgéneros que contrastan con la voz gélida de Elio. Pero ante todo, lo principal es su determinación y el talento de backup para ser figura de una época más. — Agustín Wicki

Ergo Pro — Ópera Fidelio

La banda sonora del sur de Madrid que presenta Ergo Pro rompe las postales que retratan a la capital española como un paraíso turístico. En Ópera Fidelio está todo lo que no te cuenta Lonely Planet: un futuro negro para yonquis al lado de madres que rezan, bloques a los que no llegan el correo ni Telepizza y una guerra económica que se expresa en literas sobrepobladas y aviva el instinto de supervivencia de los que la sufren. “Así funciona, hermano: — afirma Ergo con ímpetu en “War’z On”, la semilla que dictó el rumbo conceptual de este proyecto — mentalidad militar”.

Al momento de titular este proyecto, Ergo Pro se dio cuenta de que iba sobre su vida, pura honestidad para reflejar su entorno y, así, a él mismo. Entonces recordó ese sobrenombre que tomó prestado de Eyes Wide Shut de Kubrick, la contraseña para entrar a la fiesta y el nombre de una ópera de Mozart que aborda la lealtad: Fidelio. El nombre del disco predice su contenido: Ergo Pro con el puño en alto, sin disculparse por quién es, avanzando con lo alcanzado en Dogma (2020), esta vez con mayor madurez. Las bombas estallan en forma de tinta y de pistas: un elenco selecto de productores comandado por Gese Da O le da a Ópera Fidelio la atmósfera de tensión y trinchera necesaria para ambientar las reflexiones de Bobby Nigeria.

Ergo Pro e Ill Pekeño — coprotagonista estelar, con presencia en cuatro de las siete canciones — van de Orcasitas a Marconi y de Av. Rafaela Ybarra a un nuevo proyecto, aguerrido e indómito, en el que demuestran sus galones de escupidores serios. Con los dedos pegajosos y las mentes despiertas, los de la Mafia Gregoriana rapean y les dan forma a sus memorias y anhelos. Ergo ya celebra el alivio económico que representan los millones de escuchas y las giras que se agotan más rápido de lo que él pide dry o extracción en cada ciudad a la que llega, pero, como revela en “La Nana de los Morenos”, consciente de que la lucha por salir inmaculado no ha acabado.

Esta lucha pasa por una perspectiva de clase, pero también necesariamente por otra de raza. Así, Ergo no es solo el elegido de su barrio para representarlo, sino también el destinado para cumplir el sueño africano y erigir su imperio en una tierra extranjera, como rapea en “Aon Wanna Kno”, un corte en el que demuestra sus habilidades melódicas y que empieza con la ilusión de poder pagarles a sus padres — que migraron de Nigeria a Madrid en los 90 — un viaje a Milán. Él es el único de su familia nacido en España y desde esa posición sus rapeos también agrietan las fachadas de proyectos de nación excluyentes y revelan el crisol caleidoscópico que sostiene al país; así cierra Ópera Fidelio “Black Superman is back, hombre negro y orgulloso”. — Santiago Cembrano

Enjoy Canoa — Kimbo

Enjoy Canoa continúa labrando firme su camino. Después de haber publicado el año pasado Armecaso, regresa en este 2022 con otro álbum titulado Kimbo en alusión directa al nombre de su perro, que ilustra en primera la plana la portada. Hay un dicho que viene a decir que los perros se parecen a sus dueños. Es debatible, pero en este caso viene que ni pintado. Y es que el rap que escupe Enjoy Canoa se asemeja de sobremanera a su pitbull: es vigoroso, robusto y corpulento. Con Sevilla como escenario de batalla, el rapero andaluz relata a lo largo del trabajo sus orígenes en “Refraneros”, junto a Sokez (“Un mapa con chinchetas en Sevilla capital / Venimos de abajo donde cuesta respirar”), algunos de sus comecocos mentales en “Sangre en las flores” (“¿Dónde está el sol? / Antidepresivos en un bol, cuchara y leche”) y las dificultades intrínsecas al hecho de vivir en “Huellas” (“La aguja y las tijeras tenían razón / Nadie va a coserme el corazón”).

La unión hace la fuerza y la cúspide de este proyecto llega con “A la Verdad , Pt. II”, cortesía de Ergo Pro, Ill Pekeño e Easy-S. Boxeo lírico en una instrumental deliciosa de DJ PLM; meteoritos por doquier. Otro momento cumbre es la potente colaboración con la rapera valenciana Ly Raine. También hay espacio para la socarronería en el tema que abre el disco (“Tu padre no se puso protección / Y ahora hay otro niño haciendo vídeos de reacción”) y para la importancia que tiene la disciplina en cualquier faceta. Rapea en “Recaro”: “La diferencia es que aquí no se para / Eso es lo que nos separa”. — Daniel Caballero

Erick Hervé & Franco Carter — Sonny Liston

Si hay victorias pírricas, hay descalabros grandiosos en los que la sangre en la boca trae el sabor de la gloria. Y si de perder hablamos, nadie sabe hacerlo como Franco Carter y Erick Hervé. El madrileño y el valenciano han colaborado habitualmente durante los últimos años y este año llevaron su alianza un paso más allá para presentar Sonny Liston, un EP que encuentra lo bello en una medalla de plata ganada sin concesiones, en la lealtad a los principios. Cada canción de este proyecto representa un año importante en la carrera del boxeador de mirada amenazante y puños de piedra: “Arkansas ‘32”, su lugar y año de nacimiento; “Chicago ‘62”, cuando noqueó a Floyd Patterson para quedarse con el título mundial de peso pesado; “Miami ‘64”, cuando cayó derrotado ante Cassius Clay; “Lewiston ‘65”, de nuevo una derrota ante Clay, que ya se llamaba Muhammad Ali, por nocaut.

Sonny Liston es el primer disco de Franco Carter en el que los beats no son suyos. En este proyecto — grabado un fin de semana en Valencia, con algunas de las rimas de un disco de Carter y Ciclo que nunca salió — él firma el intro, pero las demás pistas son de Groovemastah, Bishop One y Steezy Chapson: vanguardia de loops y elegancia, el sonido que lleva cultivando por una década. Como si siguieran la trayectoria de Liston, pasan de un sonido optimista al conflicto al desenlace triste. La escritura, excelente como era de esperar con estas dos plumas, refleja estos ritmos, aunque de manera fragmentada. Hay postales de triunfo, que brotan de la certeza que ambos tienen de su calidad y experiencia. También hay heridas y cicatrices, que contemplan y lamen como veteranos de guerra. “Free at last, pero tarde como Gucci contratando a Dapper Dan”, lamenta Carter. “Ya no me perdono el despertarme tarde / Voy por el Plan Z, no puedo dejar que me falle”, comenta con acidez Hervé.

Este disco solo es un fragmento de todo lo que Hervé hizo en el 2022: además de una decena de sencillos, presentó Nubes, un álbum con Brawler. Carter hizo lo propio con colaboraciones con Las Ninyas del Corro, Jeke Mamoneos y Lasio. Y aunque Sonny Liston presenta las derrotas del boxeador como rasgos definitivos, Carter y Hervé rapean desde el ring, todavía con los guantes en alto aunque tengan la ceja abierta y chorreando. Este discurso refresca como agua de mayo en un panorama rapero que solo parece contemplar la victoria como resultado digno. “Reconocido en la derrota como Sonny Liston”, rapea Carter, pero omite todas las victorias que conquistó. Una de las grandes crónicas del siglo XX es “The loser”, en la que Gay Talese perfila a Floyd Patterson tras ser derrotado por Liston. “Daría lo que fuera por poder boxear con Liston en un lugar donde nadie pueda vernos”, confiesa Patterson. Así como ganas, pierdes luego, solo queda sacar pecho por no dejarla caer o, según Carter, por no ser nadie. — Santiago Cembrano

Erik Urano & Merca Bae — Qubits

Qubits está en la intersección entre la discoteca y la biblioteca, un punto cyberpunk. Es un disco que solo Erik Urano podría haber hecho. El cómplice fue Merca Bae, con quien trabajó por primera vez en el perreo subatómico “Molecular” del álbum-metrópolis fritzlanguiana Neovalladolor. Y justamente en contraste de las obras titánicas que preceden a Qubits, esta se resuelve menos ambiciosa y más bulliciosa (que conste que estamos comparando con algunos de los discos más profundamente conceptuales del rap en nuestro idioma). Menos metafísica y más física.

Opera en un lugar singular de la discografía de Erik, como puerto de entrada para futuros predicadores de su cosmovisión. Merca Bae, productor tope de gama de neoperreo y deconstructed club, soldó acá una serie de pistas tramposas para el baile que no son ni grime ni hip house, son rarezas inéditas para el rap. En “Cenit” parece la versión nega de Pharrell Williams y para “Looper” funde los motores de la historia de la electrónica bailable. Cada bass y cada drum vienen imantados y constantemente chocan. Erik, cómodo en el 50/50, acopla su estilo en nuevas mecánicas, enfocado en la rapeada como percusión y el virtuosismo en la originalidad.

Los ambientes son siniestros. En Valladolid todas las curvas son cerradas y hay minería de datos a cielo abierto. Bitmanía. Una realidad donde lo digital se come lo material, los QR son huellas dactilares y los iris son tecnología vetusta. Ahí Urano atestigua desde un mirador a 360 grados y, como con pinturas rupestres, deja registros de un presente que reniega de que los perdedores escriban la historia. — Agustín Wicki

Fntxy — Homie Alone

Nacido en Sinaloa pero criado en Tijuana, Baja California, Fnxty demuestra por qué es el beatmaker y el MC más auténtico de México en Homie Alone. En este álbum, Elihú Gandara expone sus raíces cholas y crea un soundtrack perfecto para perderse horas manejando solo en un lowrider con beats tumbados. Después de buscar el mainstream con El Rey de Corazones Rotos (2018) explorando un sonido más cercano al trap romántico, Fntxy abraza su identidad mexa, la jerga de su tierra y la cultura que lo formó, ofreciendo un disco memorable para el rap en español del 2022. – Héctor Elí

Golden Boyz — Tesoros En La Tundra

Enmarcado en tres capítulos, tres discos, tres estados, los santafesinos de Golden Boyz nos presentaron este imponente recorrido musical que tiene todos los elementos de lo más exquisito del rap argentino y, aún más, ingredientes innovadores que lo hacen brillar en todas sus esquinas. El conjunto de personalidades que compone la agrupación se intrinca para formar un químico único, fresco, nuevo, ácido. Con una estructura que emula un inicio de visión retrospectiva, un nudo que encierra drama y penumbras y un desenlace que nos empuja a abrir los ojos a los tesoros, los Golden han producido lo que sin dudas es una obra que se arrima sin timidez al altar del hip hop sudamericano.

ODISEA, propuesta en primera instancia, nos toma de la mano para entender de dónde vienen estos poetas que patean las calles rosarinas, en identidad y personalidad artística. Su SERENDIPIA nos introduce de los pelos a una lectura panorámica y crepuscular, en la que las sombras nos atraen y nos repelen en iguales mitades, una experiencia trascendental para llegar a lo próximo, al ÉXTASIS con el que cierra esta trilogía, liberando sensaciones que acarician una trémula emoción y un oasis pososcuridad. Con su “knowledge en la olla popular”, la lírica que proponen estos MCs no solamente encuentra un lienzo en la iluminada obra del productor Irivrte, sino que parece que todo encaja como un rompecabezas de experiencias bien fermentado. Las referencias sonoras y poéticas de los tres álbumes comulgan entre sí y el filo de las reflexiones, los paisajes y las apuestas de la obra crean un hábitat para el oyente que no lo deja salir tan fácilmente y que lo mantienen al borde de la silla y con las uñas carcomidas.

Atrapan los Golden Boyz entre sus palmas una esencia de esas que más adelante miraremos como perfectas ilustraciones del futuro, en un tiempo donde mucha falta hace soltarse a aletear entre referencias territoriales sudakas y fragancias de culto a lo autóctono y lo foráneo en el hip hop. En el “ajedrez de calle, idioma de baldosas” con el que nos enamora el rap de Tesoros En La Tundra, la impecable utilización de referencias es siempre una curva sulfúrica — referencias a mitologías variadas, cine internacional, leyendas del hip hop y tanto más — pero no se vuelve la astilla de talento en torno a lo que todo se revuelve. Complementa, en cambio, las narrativas y los mensajes que dibujan en el sonido, y que son capaces de trasladar a cualquiera a los sitios donde se curtieron estos versos, estos artistas. Icónicos, revolucionarios, los Golden Boyz se abanderan del underground argentino para colocar este ambicioso y primoroso proyecto de tres partes entre los incorpóreos tesoros del hemisferio sur. — Flor Viva

Hoke & Louis Amoeba — BBO

Ha sido lanzado este año, pero será recordado para siempre. BBO se erige como uno de los lanzamientos que, seguro, el tiempo se encargará de que no quede en el olvido. Ya sea por su más que posible futura influencia en los artistas del hoy y del mañana; ya sea por sus pegajosos patrones; ya sea porque una vez que se entra ahí, uno descubre un cosmos que no quiere parar de mirar.

La consecuencia de BBO, ante todo, es la consagración de Hoke y Louis Amoeba como dos figuras de auténtico peso y respeto dentro del juego. Uno de los eslabones perdidos que ahora es encontrado y conecta la esencia por la que muchos caímos en los brazos del hip hop con la experimentación sonora de estos tiempos. Un disco que apesta — en el buen sentido de la palabra — a identidad. Baches vitales (“Yo todo el día ausente / Estoy en la línea siete / Poca alegría al verte”) , cabezas envueltas en humo de hash (“Antes de que aparquen / Saco el dry sift, prendo y click clack, bang bang”) o pilla a pilla con la policía (“Olimpiadas en el barrio / Cogiendo cardio / Esquivando el comisario de Patraix al estadio”). La temática general del disco son las constantes vitales de estos tiempos: la tensión constante ante la falta de un futuro digno que nunca termina de llegar, tener que madurar antes de lo previsto y no parar de correr para buscarse la vida. Por eso “BBO es para los niños que van de mayores”. La labor de Louis Amoeba aquí es salvaje, con instrumentales a caballo entre ser desafiantes y a la misma vez dramáticas, como “Jjjj” y “Santo”. Y con gemas como el hecho de que la canción que abre el disco empieza con el mismo sonido de interferencia con el que termina el álbum de Last 2 People On Earth, su hasta entonces último trabajo con Ébano. Hoke consolida su carisma, con esa pronunciación tan limpia y esa sensación de estar en calma pero siempre pendiente a su perímetro. Por último, el cariz olímpico de competición que viste al álbum lo dota de un mayor empaque y sentido. Más que nada porque al final todos estamos inmersos en la carrera de la vida, la carrera a contrarreloj por excelencia. — Daniel Caballero

Holy K

Indubitablemente estamos en la Holy season. Existen artistas que no necesitan demasiado para brillar, que no requieren aditivos para separarse del rebaño, que no precisan más que un par de oídos que los oigan y un par de ojos que los vean. Este es el caso de Holy K, una rapera que cuenta con una mano de indiscutible talento crudo y un aura particular que no permite quitarle la atención de encima. A la hora de evaluar cualitativamente el 2022, es natural que, por lógica, aparezcan en los recuentos anuales artistas que han presentado una buena cantidad de repertorio, pero ¿acaso no es también natural que se resalten artistas que se diferencien a partir de tener, meramente, una propuesta excepcional?

Ciertamente, de esto es ejemplo Holy K, una artista de insondable voz que representa fidedignamente el underground sudamericano, pero que también lleva a cuestas la cualidad de tener un porte lírico rompeportones y una combinación entre un rapeo bilingüe que hace esquirlas los moldes preconcebidos y un encanto artesanal que lleva la mente a rebobinar y dar play a lo que acaba de escuchar.

Su último lanzamiento, “FAKE BIJOU”, vino a coronar un año en el que su pequeña saga de obras callejeras anuncia su presencia como un fogueo de disparos. La maestría y soltura para manejarse entre los beats que navegó durante este 2022 — año en el cual su a.k.a. comenzó a recomendarse cada vez más de boca en boca por calles, redes y eventos del rap argentino — son magnéticas. Holy K es, a la fecha, una artista que realmente posee aquel halo dorado que no muchos tienen. Su estilo es atrevido, sólido, coherente. Su spanglish, impecable. Rapea porque tiene cosas para decir y rapea porque sabe cómo hacerlo. Su asertiva actitud y sus atributos literarios han generado una pequeña fractura en la línea de tiempo del rap y ella hoy se posiciona como una artista que, de continuar con su trabajo a su ritmo y a su gusto, no va a tener dificultades para crecer exponencialmente en su llegada, en la apreciación del público rapero, y en el fortalecimiento del respeto que innegablemente ya posee dentro del panorama que la rodea. — Flor Viva

Horus & Tayko — Quarriors

Quarriors es la gran sorpresa del rap venezolano de este año. Un junte que sonaba disfuncional en papel, pero que terminó superando las expectativas con creces. Durante los once temas del disco, los lápices de Horus y Tayko convergen en una búsqueda espiritual, existencialista y crítica del statu quo de la sociedad venezolana. En “Traje Lava”, Tayko reza: “Medios que no hablan del pueblo, sino de ellos / Te dan un dogma, te dotan de fe y te dan criterio / Te enseñan que esos hombres que murieron de hambre fue en nombre de la revolución, que no es tan serio”; precede los versos afilados como una catana de Lil Supa y Royal Arm. De eso se trata Quarriors, una celebración del linaje del hip hop venezolano y una alza de antorcha de parte de dos creativos ineludibles en la escena.

Es imposible no celebrar el pedigrí lirical de Tayko en líneas de “Tres Triples”, como “Escucha las víboras detrás, no son un hi-hat / Veneno de escorpión pa’l que espere que me distraiga / Cortando las piernas del que mete el pie pa’ que caiga / ¿Para qué? ¡Párate! Que el pescozón que te doy no amaina”. Por su parte, Horus brilla en una vibración más contestataria en temas como “Firme”, en el que exclama “¿Cómo coño avanzo? / Voy por el pasaporte y me dicen que el metro no está funcionando / ¿Cómo pago el carrito si no hay efectivo y nadie está cambiando? / Me piden la copia a color, el registro, una cuenta de banco… Me sale en un año y me dicen: ‘Nojoda menor, tú saliste fue caballo blanco’”. Esto es Quarriors, un antes y después en la carrera de ambos y otra muestra del calibre al que pueden llegar los proyectos colaborativos de su escena. — Rodrigo Romero

Huda

Uno de los mejores hallazgos de mi año fue la española Huda. Parte del colectivo Free Sis Mafia — junto a Duku, Salvia, Candela Cuore y Laura Siyahamba, grupo de amigas que comparten este proyecto musical y su amor por el hip hop — , Huda tiene una voz y un delivery hipnótico; intenten escuchar “Yo no me callo” sin poner cara de que huele feo, los desafío. Los dos checks más importantes de cualquier MC, saber escribir y saber fluir, los cumple a cabalidad. Pero a diferencia de muchos, tiene una voz particular, acaso privilegiada, que la distingue y vuelve inmediatamente reconocible en cualquier track donde aparezca. Es el caso de su colaboración con Ill Pekeño, “Dos Mundos”, donde pone tanto un hook impresionante, de los mejores del año para mí, como un verso que no tiene nada que envidiarle al Peke: “La vida ha pasado y hemos aprendido que es mejor que comas que ir bien vestido / Pero hemos sabido llevarlo to’ caro y sin haber dejado un plato vacío”, dice con una cadencia perfecta que encaja cada silaba donde debe, presumiendo de sus skills. Su último track del año, “Dile”, con H. Grue es otra gema escondida del 2022 y comparándolo con el resto de sus lanzamientos del año, nos permite ver claro el camino que va a tomar Huda. No podemos hacer más que emocionarnos por lo que vendrá. — Martín Córdova

Israel B — El Ejército de un Hombre Solo

Cuando Israel B saca álbum suele ser habitual que éste pase a convertirse de manera prácticamente automática en candidato a disco del año. ¿La razón que justifica que así sea? Que “el nieto ‘e la Pili” rara vez falla, por algo se le conoce como el mejor en español.

Este 2022 el artista brindó a sus seguidores El Ejército de un Hombre Solo, nueve temas en los que reina principalmente el instinto. La naturaleza impulsiva que ha caracterizado siempre a Israel hace de este álbum uno de los mayores juegos de egotrip ante el que nos ha puesto en los últimos años. Es un disco de él, para él y ya luego que se sumen aquellos que lo vayan disfrutando por el camino. Solo así puede entenderse la forma tan personal que tiene de expresarse. Rapea lo que vive y lo hace a base de talento y de mucha, mucha actitud. Y es esta última la que marca la diferencia con una competencia que este año puede vanagloriarse de haber elevado exponencialmente el nivel.

Tras una portada que hace referencia a la niñez, dejando patente desde antes de escucharlo que el disco viene cargado de pura esencia, Israel B recurre en numerosas ocasiones a la soledad como hilo conductor. Pese a estar rodeados de gente, todos estamos solos al final del día cuando los problemas pasan como fotogramas por nuestra mente.

La solidez que desprende este disco es en parte fruto de la conexión inquebrantable que se genera cada vez que Israel B hace tándem con Lowlight. No falla, si se unen el éxito está garantizado. No ha hecho falta variedad de productores para dar versatilidad al disco, con Lowlight eso viene de serie, y quizá en ese punto radique la clave de la química que se genera siempre entre ellos. Es una química que comparte con Gloosito en el tema “Miedo y asco en Madrid”, una de las canciones del disco que más ha llegado a la gente. Entre el resto de artistas que le acompañan se encuentran nombres como el de Black Marfil y Blunted Vato.

No hay nada como vivir las cosas y sentirlas para contarlas y poder llegar a la gente. Historias de barrio, de ese que Israel B no dejaría “ni fichao por Roc-A-Fella”, historias de vida que son clave para mantener firme su One Man Army. — Julia Álvarez

Jonas Sanche & Macrodee — Da Knowledge

Dos generaciones del rap chileno en un solo álbum. Macrodee, curtido en la música, integrante de Ley 20mil, es el encargado de los beats. Jonas Sanche, uno de los emcees más reconocidos en Latinoamérica, firmado por Warner Music, está en las letras. El resultado es puro conocimiento callejero.

En el intro del disco, Lil Supa lo resume muy bien: la palabra es entendimiento; el entendimiento, luz; la luz, el conocimiento, millares de razones, millones de verdades, coeficientes intelectuales, sabiduría y aprendizaje, experiencias, personajes; quien vive sirve, el que sabe vale, esto es Da Knowledge. Después está “Misterio”, la primera canción del disco: reflexiones de Jonas sobre la vida y las motivaciones que tiene para levantarse a conseguir el oro, ese mismo que se ve en la portada del álbum. Sigue “Da Knowledge”, track que da nombre a la placa y de lejos el mejor: rap de competencia sobre una base de baterías y teclados acompañado por los scratches de Antioch, que crea un ambiente noventero.

Luego viene “Ready”, uno de los sencillos promocionales del álbum, con un sonido reggae que recuerda a Movimiento Original; aquí Jonasty se acompaña de los coros de Brown Sugar para darle un toque rapero a la canción. Continúa con “Super Fly”, en este track Macrodee también rapea y Flowyn, una artista urbana muy versátil, le da un aire chill al track. La quinta canción del disco es “La Saga”, un duelo de métricas y rimas entre Chystemc y Sanche; este último lo resume muy bien en una barra: “Han llegao’ al fin es The L.O.X. contra Dipset/ El legao’ en sí es hip hop, brinda respect”. Sigue “Enigma”, un corte más nostálgico, rimas sobre amor y dolor; acá están acompañados por Mantis y Dasen de la agrupación chilena Hurto Simple. Y en el cierre del álbum está “Corta y Precisa”, sencillo con un beat oscuro para mover el cuello, en donde participa El Bruto CHR, rapero santiaguno que ayuda a crear una atmósfera callejera en la canción.

Finalmente, vienen los agradecimientos en el “Outro” y como una especie de bonus track está “A Conveniencia”, con un Jonas mucho más político en una de las mejores canciones del álbum. Dispara contra los medios, la clase política de su país y denuncia casos de corrupción con nombres propios, porque eso también es conocimiento callejero. — Julián Roncancio

El Kalvo & Error 999 — “Amanecerá” (prod. Barras de Reptil)

En el 2022, tras un par de años de disfrutar la generosidad abundante de Medellín, volví a vivir en Bogotá. Volver fue reconocer su rostro hosco, las miradas de miedo y amenaza, la prisa detenida en las esquinas congestionadas y el hambre diaria como motor. Volver también fue reencontrarme con la belleza en sus grietas: el sol que acaricia los cerros cuando se acerca el atardecer, los abrazos de amigos viejos y nuevos cuando se acerca el amanecer, los almuerzos domingueros donde mis papás.

En “Amanecerá”, al ritmo del boom bap color índigo de Barras de Reptil, El Kalvo y Error 999 pintan Bogotá con la profundidad de un buzo, los detalles de un artesano y la vista amplia de un cóndor. El primero se confirma como uno de los grandes cronistas de la capital de su generación, tosco, grosero y sin bozal, de vuelta a casa con aroma a fiesta mientras los bogotanos despiertan. El segundo, meditabundo, encuentra paz en un bus repleto de cansancio y esperanza con simulacros de graffiti en la tapicería gastada de su asiento. Ambos rapean al borde del abismo y con el alma curtida, pero sin quejarse. Al contrario, esquivan obstáculos con un amague de cintura y brindan para celebrarlo. El resumen de la mentalidad bogotana lo pinta El Kalvo: “Hay mucha piedra por picar en esta cantera / A la ciudad no le importa que tanto te esfuerzas”.

Este fue un año prolífico para Error 999, gracias a sencillos de rimas vívidas y contundentes como “Zidane” o “Payaso”. El Kalvo presentó su álbum Algarabías y demostró su flexibilidad al colaborar con artistas tan disímiles como El Redcode, La Radio Bembé Orquesta y La Muchacha. Y cuando estos dos MCs rolos se juntaron encontré una de mis canciones favoritas del año, que me acompañó en caminatas por la Séptima, en la bici yendo a trabajar, en la casa mirando por la ventana. “Amanecerá” fue la banda sonora de mi vuelta a Bogotá. Gracias a ella — a la esperanza que se derrama en el coro con la imagen de tags de madrugada sobre el lienzo que pinta el aliento — volver fue hacer que mi ciudad fuera mía de nuevo. — Santiago Cembrano

Mankomuna — Mankomuna

Mankomuna es un acontecimiento en el rap guayaco. Un colectivo comandado por CQ, beatmaker del grupo junto a DJ Mandy, que reúne a miembros de agrupaciones como A2H, DDC y otros raperos independientes. Lo conforman en total: Nota, Mogo, Cholo, Oleas, Sucia Sangre Clan, MC Jam, Sin Aka, Dorotheo, Monkey Clay y Skan. Toda la artillería pesada del rap ecuatoriano unida en una comunidad que tiene como meta impulsar el hip hop en todas sus áreas. Su primer lanzamiento, Mankomuna, cuenta incluso con raperos que se han bajado del proyecto, como Jordan. La dinámica del disco es particular: CQ pone el beat y pone a grabar a quienes siente que más podrían lucirse más sobre él. Pura intuición y confianza. Así, lograron un trabajo con cuatro temas que funcionan de abreboca, de experimento y manifiesto. Es rap guayaco en su estado mas puro; con la cadencia que lo caracteriza y sus letras explícitas. Definitivamente Mankommuna es lo más importante que está sucediendo ahora en el rap ecuatoriano, un proyecto que nos dará de qué hablar y que puede llevarlo a los niveles que desde hace años viene intentando alcanzar. — Martín Córdova

Marc Ginale — YEYO

YEYO de Marc Ginale es el epítome literario de la urbe latina. Fácilmente su discurso podría servir como una postal de las calles de Caracas, Río de Janeiro, Medellín o Buenos Aires. Se presenta como un documento sonoro sobre la convivencia armoniosa de lo grotesco y lo bello. Esta intención se hace más que presente en la simbiosis tajante y surreal del tracklist, valiéndose de samples hermosos como el de “GRIS” y letras como El rap del Caribe, puros tiburones; aquí no nadan delfines / Te bañan con thinner, te prenden en fuego; te apagan con orines en “ASCO”. Sus atmósferas cambian agresivamente de un momento a otro, emulando la tensa línea entre la paz y la violencia que caracteriza las dinámicas sociopolíticas en Venezuela.

Pero todo esto no es tarea para un rookie. Marlon Morales logra salir victorioso por su extensa trayectoria y su aclamada sensibilidad curatorial, características que hicieron de SERIO una obra maestra del rap hispano. En el caso de YEYO, su autor prescinde de las instrumentales más jazzeras y nostálgicas de Drama Theme y empapa su paladar estético con el movimiento renacentista neoyorquino, liderado por Westside Gunn como su padre y comandante en jefe. Ningún disco de Marlon había sonado tan agresivo, hostil y sucio como este. El disco huele a sangre, óxido, cloacas y plomo, todo bajo el sonido refrescante de Castellanos, Doktor Rheal & DJ Swet. Todas estas decisiones se agradecen viniendo de un titán que está pisando sus veinte años de carrera. Reiterativo, monótono o predecible son las últimas palabras que definen a este disco. Lil Supa cambió de caparazón a Marc Ginale en esta ocasión, pero la conclusión sigue siendo la misma: estamos presenciando una vez más la evolución del mejor rapero venezolano de la historia. — Rodrigo Romero

Mir Nicolás

“Hago mi trabajo, no me ven, me escapo caminando / Sigo siempre fuerte y esperado como el aguinaldo”. El 2022 fue un año en el que vimos menos a Mir Nicolás de lo que estamos acostumbrados. Sin embargo, es evidente que es un artista cuya pisada, frecuente o infrecuente, es de un peso incalculable. Menos de diez días después de un featuring en febrero con Fianru, figura fuerte del rap nacional argentino hace muchos años ya, presentó “ÉLITE”, una colaboración con un artista emergente para resaltar: Dirty Couk. Otro highlight de su año, en el que tras bambalinas su trabajo en pos de su primer disco solista continúa, fue su colaboración como beatmaker y mediante sus siempre puntiagudas barras en Hiperbórea de Santoz. El trabajo incesante que viene llevando a cabo este artista de Pablo Podestá, Provincia de Buenos Aires, le ha permitido rastrillar muchos de los ámbitos del género que son de su interés y cosechar riquísimos frutos que también son resultado de un gusto musical muy atento e infatigable.

De todas formas, su golpe más fuerte sobre la mesa este año fue “Cifrado ‘94”, uno de los puntos más altos dell rap argentino en el último tiempo. La fantástica consistencia de este lanzamiento malabarea una serie de instrumentales variopintas con una naturalidad que pone los pelos de punta y que utiliza la jerga rioplatense erguida de una forma acrobática y cohesiva, sin puntos flojos y minada de increíbles giros.

Mir Nicolás a.k.a. Voyager es hace mucho un nombre que hace cabezas asentir, nucas moverse, y que colecciona halagos más allá de sus fronteras. Su delicada dedicación y selectivo gusto hace que cada vez que nos presenta algo sea algo de contundencia y que se entremezcle entre lo más elevado del momento. — Flor Viva

MSeco & Jamblock Jr — Caleto

El rap es un imperio que produce millones de dólares cada mes, atraviesa todos los idiomas y husos horarios e influencia la cultura pop a niveles que ni Kool Herc imaginó cuando empezó esto. Es un fenómeno global que vive en las luces de neón y portadas rimbombantes, sí, pero también en los callejones oscuros, en la periferia, en lo caleto. Y es desde lo caleto que se sostiene el rap ligado a sus fundamentos y principios, la resistencia en contra de la premisa del make money money a toda costa. Es desde lo caleto, desde la tradición subterránea del rap que se opone como guerrilla al que circula por las autopistas principales, que MSeco y Jamblock Jr se unen en su álbum colaborativo. El título no podía ser otro, la palabra que se repite aquí, como en el intro del disco, cual mantra o amuleto: Caleto.

De Perú a Colombia, de Lima a Soacha, de Pueblo Libre a San Mateo. Caleto cristaliza esta unión internacional alrededor de las similitudes que tienen estos barrios, como todos los del mundo: ambientes sucios, hambre permanente, gobiernos delincuentes, seis polas por la avenida en la ley seca. La coalición también se da en torno de una sola forma de entender el rap, la que dictan las sagradas escrituras. Lo rapea Jamblock con claridad en “Oro Negro”: “La esencia no está extinta, las bases son las mismas, la crianza es distinta”. Lo de que las bases son las mismas es metafórico y también literal: la esencia de las instrumentales es puro rap estricto y malacaroso, cortesía, en su mayoría, de Uglocaso.

En la canción que le da título al álbum, MSeco captura qué quiere decir mantenerlo caleto: “Yo no comprendo por qué se sienten tanto / Desperdiciando virtud / Dejando al lado condiciones del pacto / Buscando la multitud / Pa’ mí es lo mismo, solo tienen contactos / Un sueño de juventud / Al cual olvidan por un fajo de falsos”. Se trata entonces de lealtad al juramento, de un norte que no se tuerce ni aunque la marea suba. En Caleto, Jamblock rapea como un hechicero que recita conjuros en una lengua olvidada y MSeco se desliza sinuoso sobre horror pistos que acechan y golpean a partes iguales. No faltan habilidades, crítica social, relatos y ponches. Pero lo que me queda tatuado cuando el disco acaba es una fe inquebrantable en el hip hop y dos raperos que lo defienden a tope. — Santiago Cembrano

No Rules Clan — El Puente

¿Cómo resulta una obra que no reniega de las contradicciones de su tiempo ni de su lugar, sino que las enfrenta sin temor y las capitaliza para sí? Suena como El Puente, el último disco de No Rules Clan. En una época en la que todo el mundo quiere ser vanguardia, pero sin importarle demasiado vanguardia de qué ni para quiénes, este conjunto de artistas excepcionales ha presentado un lanzamiento que se da permiso para discutir sobre coyuntura musical y que lo hace desde la altura de sílabas frescas y de pistas que no tienen nada que envidiarle a algunas de las más celebradas del año a nivel global.

La simpleza y la sencillez que plagan el aroma de El Puente despuntan como un bálsamo y a su vez son el escenario perfecto para abordar de lleno las complejidades que se proponen. Este es un proyecto que, en consonancia con lo que hemos escuchado de NRS, se propone habitar una personalidad trotamundos del hip hop. No es trabajo fácil mezclar influencias de todas las latitudes del género y es algo que parecen lograr con mucha habilidad. En los versos y las instrumentales pueden palparse los muros de Medellín y también los de Nueva York, pueden olerse las costas del Caribe así como también las europeas. Y, aún así, desde las letras se deja claro que el ancla sigue enclavada en el núcleo conceptual colombiano que tanto los representa.

Las colaboraciones de figuras de importancia y puntería como CRIMEAPPLE y N- Wise Allah, entre otros, aportan químicos que echan frescura sobre un disco ya formado por una lista de canciones entre las que ninguna sobra ni se corre un centímetro de la trayectoria en la que fue disparado. Algo que resuena también entre sus tracks es aquella perspectiva cinematográfica que va más allá de cualquier referencia explícita; es, en cambio, un dote de los puntos de vista elegidos, de la estructura poética de aquellos versos inclementes y de ritmos y samples que cautivan e hipnotizan. Todo genera un momento, una escena, un estado en cada track, y una experiencia general que debe dar orgullo al hip hop colombiano y latinoamericano en general. — Flor Viva

Nuc & Talobeez — Pregón

Pregón no es el típico disco de rap neoclásico y nostálgico: es una experiencia mística. El viaje espiritual inicia con el sonido psicodélico de “Fixa”, desde que Sebastián empieza a escupir barras con la ligereza característica de alguien con par de décadas de trayectoria en el juego. Nuc suena más en su zona que nunca, ya sea rapeando en español y francés sobre los tambores y armonías celestiales en “Como avión” (uno de los mejores beats de este año), o en el corte más emotivo del disco, “Sorbo al Suelo”, en el que reza: “Y las dosis de alcohol nunca me curaron / Quise desaparecer y pasar para el otro lado”. La versatilidad y la certeza en cada sample, cada barra, cada loop, cada flow y cada invitado son la respuesta de por qué este es el mejor disco del rap chileno del 2022. Nuc ya tenía la materia prima en su espíritu, solo era tarea del cosmos juntarlo con Talobeez para que hicieran alquimia. — Rodrigo Romero

Oblivion’s Mighty Trash — LO-POCALYPSE LOOPS

En una escena tan variada como la colombiana, la propuesta de Oblivion no sorprende, pero sí refresca. El rapero de Medellín trae a la mesa algo difícil de encontrar hoy en día: rap sin pretensiones que sirve para pasar un buen rato. “Temas pa’ cabecear y dejarme de preocupar”, enuncia en “Anarquía en Medellín”, casi a manera de promesa, poniéndose una vara a si mismo al principio del disco.

Por suerte, las expectativas son cumplidas. LO-POCALYPSE LOOPS brilla por su esencia: sencilla, sarcástica, relajada, pero nunca le pierde el respeto al rap. Hay flows y barras que encuentran a los más boom-bapers cabeceando, mientras que la estética invita a ajenos de la disciplina a acercarse. Es un trabajo que funciona donde lo pongas: en el auto, en la playa, en tus audífonos caminando por la ciudad o en en vivo en un sótano con la banda coreando. Los beats lo-fi pero potentes le dan a Oblivion una pista para deslizarse y mostar todo su arsenal completo, dando como resultado un debut que funciona como declaración. — Martín Córdova

Ochoa — Cantábrico

En Cantábrico hay dos banderas izadas que quizás son poco vistosas, pero no poco importantes. La del norte ibérico, representado por Cantabria y su mar, región donde reside el logroñés Ochoa, y la de los discos de beatmakers con MCs invitados. La costa norte es todo un lugar de la historia del rap español, especialmente Santander, y así lo hacen saber los Chinatown al inicio y cierre del disco. Dj Uve, revelación rapeando, en un drumless esquimal asienta la palabra: “Allí inventé el rap español, pero no lo dice Vice (…) / ¿Qué pasa? ¿Que no salimos en los libros de la historia del hip hop español? Pues cambia de libro, enciende el boombox”.

Por otro lado, el historial de este formato de álbum, con un beatmaker como anfitrión de spitters, es más largo de lo que parece. Aunque no haya tantos éxitos en términos comerciales, tiene un cupo gordo entre los clásicos de culto del rap, desde Pete Rock hasta DjJSwet. Que Ochoa, un beatmaker grande, reconocido entre los más atentos como Apollo Brown en USA, siga militando este tipo de LP habla de cómo para él la obra está por encima de la mercancía. Así Cantábrico aporta a la rica historia española de este linaje.

Ambas causas no se sostienen solo por validez ideológica: la música de Cantábrico tiene peso. Es protagonizada por loops largos, con los elementos justos para crear desiertos con vientos nocturnos que vienen del mar. En ese clima las constelaciones guían, forman a N-Wise Allah, Laura Siyahamba, SD Kong, Priteo y otras figuras del rap ibérico que están en el proceso de cimentarse como mitos. Con esas vistas y más de alguna variación en la intensidad y los patrones de la antología, Cantábrico toma un lugar que aunque no sea protagónico, existe para estudiar el rap de España. — Agustín Wicki

Oleas — Impertérrito

El rap guayaco viene, desde hace tiempo ya, tomando otras dimensiones. De a poco los MCs ecuatorianos dejaron de buscar la rima fácil y se enfocan en tener algo que decir, primero, y después en lo estético. Esto permite que, por primera vez, podamos empezar a escuchar qué nos quieren contar, qué temas quieren tocar. En el caso de Oleas, tenemos a un rapero muy introspectivo, pero que también observa. No solo eso, observa y entiende cómo lo observan. Sus rimas parten de la confontación y la comparación. Una buena que nos deja el disco: el flow guayaco ya tiene un sonido en particular que ha calado en las nuevas generaciones. Escuchar a Oleas es escuchar a El Cholo, a Kmada y a muchos más. De cierta forma es uno de los puntos más altos del disco: el haber encontrado y empezar a definir una personalidad del rap guayaquileño, algo que desde hace mucho pedíamos los adeptos del género que nacimos en la Perla del Pacífico. — Martín Córdova

Penyair — Gloria Lara

Justo en el corazón de Suba queda El Rincón, uno de los sectores populares más grandes del northside de Bogotá. Allí está el Gloria Lara, el barrio de Penyair. Seguro lo han escuchado: en menos de dos años ha logrado llamar la atención de buena parte de la escena hip hop nacional, shows en varias ciudades, sold out en la capital y dos nuevos álbumes este año. Del underground al mainstream en un abrir y cerrar de ojos.

Un par de beat tapes y un disco colaborativo hacían parte del catálogo de Penya. Luego vino La Ley del Todo, el CD que lo catapultó, en especial por “Nada”, el desahogo que le permitió darse a conocer en Colombia y México, por solo nombrar un par de países. A finales de noviembre lanzó Gloria Lara, un paquete compacto de catorce tracks que condensan bien su propuesta musical; ocho de ellos fueron lanzados como sencillos.

No es fácil encasillarlo en una tendencia, un día puede estar acompañando a Realidad Mental en un show y al otro grabando con Afaz Natural. Así es su disco, su versatilidad le permite pasar de canciones románticas, con beats más ligeros — como “Aquí”, “Mujer sin nombre”, “La segunda vez” y “Como yotas” — a otras con instrumentales más oscuras, letras más crudas, mucho más cercanas al estilo del rap bogotano — como “Salmo”, “Tertulias”, “Acabaron el mundo” o “Máscaras” — . Incluso están allí temas que ya habían hecho ruido como antesala del disco: “Fellaz”, “El Diablo”, producido por el mismo Penyair, y Las Ganas, que había lanzado por The Cypher Effect a inicios del 2022. Son tres canciones que fácilmente podrían estar dentro de las mejores del rap colombiano este año.

La variedad de sonidos que se encuentran en Gloria Lara son fruto del trabajo de una diversidad de beatmakers de diferentes lugares de Colombia y Latinaomérica como Charlie Chef, Thomas Parr, Smoke Weed Records, Ramzes Buda, Yorking y James Pro. Junto a Penyair, fueron los encargados de darle el color al álbum. En seis tracks hay colaboraciones que hacen de este disco algo especial, pues allí no solamente están reconocidos raperos colombianos como Afaz Natural o Sr Pablo, o participación internacional con el mexicano Turek Hem, sino que también hay lugar para artistas más underground como Andy Palabras, El Muisca (con quién tiene una de las canciones más famosas del disco) y Pedro Navajas, uno de los invitados más destacados, barra por barra, cuando es su turno en el micro. — Julián Roncancio

Prok & T&K — “El barrio me llama” (prod. Alfredo Marz)

Buenísimo sabor de boca esta primera colaboración que ha brotado entre el rapero español y el argentino. El crudismo áspero de Prok y el elegantemente explosivo T&K: dos mares que confluyen con fuerza, decisión y equilibrio. Primero, la ametralladora silenciosa del bonaerense, con un primer verso en el que dibuja aires de patrón y una ristra de homenajes a sus influencias geográficas, artísticas y raperas: “Baby, sedas acaricio como un gato egipcio / Agarro algunos gramos vamos a Parque Patricio / Si no hay respeto y solo hay plata no me beneficio” o “Estoy mirando al Luna Park como vi a Le Parc”, en referencia al pintar argentino Julio Le Parc es un pintor argentino, o “Aún escucho Das EFX, Fat y Vinnie Paz”.

Y después de la ametralladora silenciosa, la calma, o en su defecto, el eco que resuena de las balas, representado aquí por el estribillo estirado de Prok, que actúa como contrapeso y respiro antes de que inicie su verso. Es un punto de control previo a otro verso cargado de energía, característica insertada en la bios del español. Celebra la vida en el hood entre humos de verde y paseos en moto: “El barrio me llama y siempre es temprano / Fumamos marihuana / Es como mi hermano / Tanto vacile con mis panas y ya no es ni sano (…) / En la T-Max bordeando la costa”. — Daniel Caballero

Rapp Gotti & Ontherun

En el injusto mundo de la música en ocasiones puede más el hype generado en torno a un trabajo o artista que la calidad del mismo. Es la única manera de poder explicar por qué Rapp Gotti y el productor Ontherun no han tenido la repercusión que merecían este año gracias a los dos trabajos que han publicado: The Lamb & The Tiger y Raised By The Wolves. Eso y que, como comenta Rapp Gotti en la intro de Raised By The Wolves, esto es crime poetry al margen de la industria.

Ambos trabajos nos ponen frente a un Rapp Gotti en plena forma soltando continuas referencias que mantienen la mente del oyente en alerta durante todo el viaje. Un wordplay que lanza en solitario en el primero de los discos — “No necesito featurings, me basto solo” — y al que le acompañan en el segundo trabajo Calogero TP, Edu Omega y Mabreezee.

Su rap, como él bien dice, es masa madre, producto de calidad, de ese que deja secuela y no cae en el olvido al terminar la primera escucha. Rapero y productor nos han puesto ante dos trabajos que piden ser reproducidos en bucle durante tiempo. Esto es algo a lo que ayudan las producciones de un acertadísimo Ontherun, quien ha demostrado con un minucioso y cuidado trabajo de producción el buen gusto que tiene a la hora de dar vida a cada uno de sus ritmos.

Pese al poco tiempo que ha pasado entre un disco y otro, en Raised By The Wolves podemos apreciar ya una evolución que ha conseguido elevar el nivel, lo que nos deja expectantes ante futuros movimientos y nos confirma la capacidad del artista para seguir creciendo y ofreciendo lo mejor de sí mismo.

Si la naturaleza del artista, como recoge The Lamb & The Tiger, es una mezcla de lo inocente y lo salvaje, Rapp Gotti cuenta con ella. Y posiblemente sea eso lo que te atrapa de estos álbumes, el sentirlos como algo instintivo, como algo puro. Ahí radicaría el secreto de que estos dos discos hayan logrado recordarme por qué me gusta el rap. ¿Puede haber algo mejor que eso? — Julia Álvarez

Rich Vagos — Rich Vagos Mixtape, Vol. 2

Rich Vagos, el colectivo liderado por Gera MX, y semillero de talento, reúne a toda la clica que tiene su base en Guadalajara, Jalisco, para ofrecer una compilación de temas que bien podrían tomar inspiración en el boom bap, en el wave de trap inspirado en el sonido de Atlanta (Young Thug, Gunna) y también de los afrobeats que tanto se han popularizado a lo largo y ancho del globo de la mano de personajes como Wizkid. Teeam Revolver, Geassassin, Bipo Montana, Jay Romero, Samantha Barrón y Iyon Secuaz, rapean y cantan en este material en el que el potosino Denilson y el capitalino, Opium G, destacan y demuestran su potencial como los miembros más jóvenes de los Peaky Blinders del rap mexa. — Héctor Elí

Ruzto — El Sonero Menor

La sensibilidad artística del MC y productor bogotano Ruzto ya había gravitado en torno a los sonidos autóctonos del Caribe en el pasado, pero en su última entrega EL SONERO MENOR es cuando estos ritmos convergen con mayor elegancia, madurez y contundencia. Ya sea escupiendo barras sobre el rap más competitivo o cantando boleros y salsa, este disco nos muestra a un Ruzto más sabio y seguro que nunca, reflexionando sobre el paso del tiempo y la paz interior en temas como “AIRE (RESPIRA)” y armonizando sus mismos coros como en el tema homónimo del disco. En síntesis, un proyecto potentísimo y un bosquejo a seguir para los artistas colombianos interesados en este tipo de incursiones. — Rodrigo Romero

Saje & Veeyam — OSNIS

Hay ciertos sonidos que han ido apareciendo en las discografías y los lanzamientos de algunos artistas latinoamericanos desde hace un tiempo. Entre ellos, el house es uno de los ritmos que está inmiscuyéndose en más y más proyectos de rap tanto en el mundo hispano como en el resto del panorama hip hop. En Argentina, es un terreno sin demasiada exploración y al cual el productor Veeyam decidió prestarle atención en prácticamente todos sus trabajos. En 2022, como continuación de su acercamiento con tanto Kelo como Saje, los dos integrantes de Kamada, presentó en conjunto con Saje el álbum OSNIS, cuyo único track ya conocido había sido el single “REQUIEM”, que funcionó como puerta de entrada al bioma de distopía que encapsula el disco.

Recorre los temas la brava pluma de Saje, que viene a dibujarnos un panorama de ficción nada alejado de la realidad y que ataca desde la crítica social y política un futuro con los pies bien fijos en el presente. Entre referencias literarias y verdades punzantes en código contestatario, encontramos una poesía que se conjuga naturalmente con el ambiente que proponen las instrumentales, que parecen estar envueltas en un cableado de electrónica y house, pero que también incorporan momentos señalizados por cuerdas y teclas que nos arriman al prog rock y a ritmos que otorgan una profundidad y un eco en el que las rimas se vierten con confort. Su complemento audiovisual, a cargo de Lucas Rosas, acaba por ser un elemento que inyecta mucha más vida y tangibilidad al proyecto y que agranda la pertinencia de OSNIS en esta temporada.

Sin dudas estos tiempos inauguran una nueva etapa en las carreras de tanto Saje como Veeyam, un capítulo cuyos nuevos aires vienen a aterrizar anteriores experiencias en un territorio muy fértil para la composición y la producción y que evidentemente no ponen obstáculos para ninguno de los dos artistas a la hora de plasmar su esencia, sino más bien todo lo contrario: ambos parecen haber encontrado un nuevo horizonte en el cual explorar otros rincones a futuro y en donde existe una sinergia que les permite inspirarse mutuamente y crear música nueva, relevante y atractiva. — Flor Viva

Santoz — Hiperbórea

Hiperbórea es un mapa, un mapa espejado que nos guía por los recorridos en los que el crecimiento de Santoz brilla flamante en constelación con la introducción de nuevas influencias para el artista argentino.

Al ya conocido y particular timbre de su voz y a la tesitura de su carácter, en este proyecto Santoz suma un punto de vista distinto acerca de su propia presencia y de cómo desea desplegar sus intereses en un disco. Hiperbórea parece estar meditado con tiempo y sostenido con mucho trabajo. Con increíbles aportes de la mano de Mir Nicolás, Sirio, Troubless, Saje, y varios artistas cordobeses (base territorial de Santoz) como Román YG y Killimet, se aprecia la voluntad de compartir su momento explosivo de creatividad y de acercar el aura de Hiperbórea a orillas de estilos diversos.

Luego de Interestelar (2017), su primer disco y uno de los que fueron revelación en Argentina ese año, Santoz ofrece prueba de que, a pesar de su versatilidad todoterreno para dejar su huella en tipos de instrumentales y ambientes bien distintos, a la hora de presentar un proyecto propio y de larga duración elige una vez más con pinzas los conceptos y las discusiones que quiere plantear. Se encarga de honrar verdades y aportar lecturas fundamentales a los tiempos que corren. No deja de sorprender en cada track y encuentra nuevas formas y ángulos que calcan su madurez musical y la enseñan una vez más al mundo. Como evidencia, la conexión entre sus samples y cómo los encastra en su juego y la lucidez de sus caligráficas rimas son inapelables.

No es una novedad que Santoz es uno de los más visionarios raperos de Argentina, pero este disco sí es una reafirmación de que pertenece a esa selección de artistas que, con intenciones de profundizar en sus propios intereses artísticos y en su propia búsqueda, acaba por desmalezar algunos terrenos y por aportar una fugaz visión de lo que muchos otros artistas nacionales estarán homenajeando y haciendo más temprano que tarde. — Flor Viva

SD Kong & C. Spaulding — Savoir Faire 2

Savoir Faire 2 suena igual o más sofisticado que su primera entrega, objetivo que pareciera ser la columna vertebral de la búsqueda estética de esta serie de proyectos. Es inexorable pensar en retratos del palacio de Versalles o fotogramas de El Padrino mientras suenan los arreglos de violín, vocales de soul sampleadas y diálogos de filmes franceses, redimensionados al universo de SD Kong por C.Spaulding. El hip hop nació en fiestas del Bronx y su expansión universal lo ha llevado a ser el soundtrack de yates en Ibiza y fiestas de cóctel. El rap cinematográfico es real y discos como YEYO o la última entrega de estos gigantes del hip hop español son un testamento firme de esta tesis. — Rodrigo Romero

Sofía Gabanna & Lupita’s Friends — Maté al Amor

Siempre me ha llamado la atención la seguridad con la que Sofia Gabanna se muestra al mundo cada vez que coge un micrófono: una confianza y firmeza que la artista es capaz de transmitir siempre al oyente desde el minuto uno. Si Sofia aparece, acapara rápidamente tu atención, algo que ha conseguido, como era de esperar, con Maté al Amor, un EP de siete temas que se ha convertido en el primer trabajo publicado por esta argentina, afincada en Barcelona.

Definiéndose a sí misma en sus letras como “la dama del boom bap”, “una mina clásic siempre leal a su hip hop, Sofia Gabanna ha dejado ver una vez más que lo suyo es la versatilidad, adaptándose a la perfección a los diferentes ritmos que le ha brindado para esta ocasión Lupita´s Friends, haciendo de este trabajo un universo lleno de diferentes mundos que confluyen. De ahí que la influencia de Marvin Gaye, quien da nombre al tema que abre el EP, se junte a la de otros artistas que han marcado a lo largo de su vida a Sofia consiguiendo rescatar en su sonido parte de ellos.

Es un trabajo que habla de liberación, de tomar las riendas de la vida, de futuro, pero también de soledad, poder y dolor. Al fin y al cabo la vida — y ese amor al que abraza y mata a lo largo de estos temas — es eso, noches de frío que dan la mano a noches de calor.

Pocos artistas son capaces de hacer una introspección tan profunda como Sofia Gabbana, para quien cada canción parece un auténtico desahogo. Ahí, y en esa forma que tiene de rapear, radica su fuerza: en ser un caballo salvaje sin doma, una artista con potencial para llegar bien lejos. Por eso no me extraña cuando dice lo de “Llevo conmigo rap knives, quiero poder dejar un buen repertorio en mi tumba y eso nadie lo podrá en mí evitar”. Que nadie se le ponga por delante porque a Sofia ya nada le para. Ya lo advierte ella: “Me tengo exigiéndome cada vez más”. Brava. — Julia Álvarez

Sokez x Hide Tyson x Trozos de Groove — Proyecto Hambre

Nadie debería sorprenderse a estas alturas del talento que emanan siempre Sokez, Hide Tyson y Trozos de Groove; tampoco extrañarse de que el trío se haya marcado uno de los mejores proyectos que nos ha dejado el rap en España este año. Lo de Sokez y Hide Tyson va más allá de dos artistas que rapean like a boss. Lo suyo es fondo, clase y credibilidad, una ecuación que pocos artistas son capaces de conjugar con éxito en sus proyectos. Cualidades que se unen en esta ocasión a la calidad que desprenden las producciones de Trozos de Groove quien, jugando con diferentes sonidos, ha logrado envolver de un aura especial cada uno de los temas que forman parte del álbum. Es un trabajo de producción impecable y tremendamente necesario para que a día de hoy estemos hablando de este álbum del modo en el que lo hacemos.

Este es un disco que llega cargado de hambre y olfato. Como viene siendo habitual los artistas vienen a representar a todos los buscavidas, a aquellos que nacieron pobres, pero transparentes, cristalinos como agüita de la fuente. Sokez y Hide Tyson vuelven a dar voz a esas “vidas que se abren camino entre las grietas”, esas que en tantas ocasiones quedan silenciadas por un sistema que rara vez los tiene en cuenta. Y aquí reside también el valor de la obra. No solo es un disco para entreternos a lo largo de su escucha, es un trabajo que nos mantiene en una continua reflexión, que en ocasiones llega sin darnos apenas cuenta. Este álbum, como viene ocurriendo con todo lo que presentan Dolores y Mazmorras, es parte de ese arte que llega a nuestras vidas para remover sentimientos, con la intención de no dejarnos indiferentes. El secreto para conseguirlo es la contundencia con la que se expresan, la sencillez — que no facilidad — con la que son capaces de respaldar su discurso.

Proyecto Hambre es una oda al “arte de no morir de hambre” llena de “cojones y fe”, de pureza. Un imprescindible de este 2022. Juraíto por los niños. — Julia Álvarez

Solo K.OS & Titó — Word Is Bond

“El Rookie del Año, hermano. No lo digo yo, lo dicen por ahí”. Son palabras de Solo K.OS en la intro de Word Is Bond, una afirmación que no podemos más que respaldar desde aquí. Si alguien se ha ganado a pulso ese título ha sido él. Lo de Solo K.OS es eso que llamamos amor a primera escucha, nadie que se ponga frente a su música por primera vez se va a ir de vacío. La actitud que derrocha cada vez que empuña un micrófono y la contundencia con la que siempre se expresa tienen esa capacidad de atraparte al instante, algo difícil de conseguir cuando hablamos de música.

Comentaba el artista en el momento de la publicación de este trabajo que aquí la palabra era el vínculo de mayor valor: “El propósito es que en ella no haya mentiras ni reproches, solo la verdad”. Es un objetivo que podemos dar por cumplido en los cinco temas que componen un EP cargado de rap sin aditivos, pero también sin normas. Un disco en el que Solo K.OS se presenta como músico y narrador de tus ultra mental breakdowns, donde es fácil sentirte identificada con lo que va narrando a lo largo de las canciones.

Para este trabajo el artista llega arropado por las producciones de un clásico, Titó, con quien Solo K.OS había trabajado ya en el último disco del productor. Es una unión que adquiere fuerza no solo por haber sabido compenetrarse a la perfección sino por el simbolismo que refleja. Vienen de generaciones diferentes pero entienden el rap de la misma manera y a la hora de dar vida a las canciones esa química está presente. En terreno de producciones el EP sigue una línea muy marcada, algo normal si lo que buscaban era consistencia, al tratarse tan solo de cinco temas.

Tras este trabajo, y a sabiendas de que Solo K.OS anda ya inmerso en nuevos proyectos, una no duda en afirmar que, si todo sigue su curso, el artista va a brindarnos grandes momentos en 2023. Solo K.OS. Ya sabes el nombre, ahora corre la voz. Necesitamos esa forma de escupir serio en el panorama. — Julia Álvarez

Titó — Instinto Animal, Vol.1

Titó avanza cada año como uno de los que no dan por sentada su propia y continua presencia en la escena ni su valioso renombre; más bien pertenece a un selecto grupo de artistas old school del género en España que entiende la evolución del panorama y se adapta a él sin por eso dejar de explorar sus propias hambres musicales, que se hace sentir. Usa Titó lo que lo rodea para hacer crecer lo suyo, sin dejar de mirar sin reojo influencias de antaño (véase el uso de samples clásicos a lo largo del trabajo) o incluso de la actualidad internacional (gruñe desde la penumbra su perfil más griseldezco en “Sting” junto a Solok.Os).

Desde Falsalarma Records nos llegó este 2022 Instinto Animal, Vol. 1, el álbum que continúa su travesía por los ritmos de estos años luego del infalible Hondo, que salió a finales del 2020 y cargó consigo grandes instrumentales atravesadas por firmes versos. Sin ir más lejos, uno de los bangers españoles de aquel año fue el presentado junto a Dano: “Real G’s”.

En esta ocasión, su despliegue como productor se posa, jerárquico, en un sitio de autoridad que abre las puertas a la escena hispana a una caligráfica composición musical que nace del riñón del panorama español. Una vez más encontramos a Titó rodeado de grandes figuras — promesas, leyendas, emergentes, todo — en rapeo y en producción; entre ellos, Santiuve, Mabreezee, La$$ Suga’, Erick Hervé, SD Kong y Juli Giuliani.

Titó presenta un trabajo fuertemente propio pero abierto por completo a lo ajeno, una actitud abierta pero identitaria, que descubre la cancha a un pequeño ejército de abanderados en rimas. En sus ocho tracks se apoya de forma encantadora en scratches energizantes e instrumentales cautivantes; todo condimentado con vientos más que interesantes y un aura de premeditación y coherencia sensacional. La mano de Titó Falsalarma en la composición y producción es cada vez más acertada, con menos espacios de relax para dejar a los oyentes de este primer volumen de Instinto Animal permanentemente al borde de la silla a partir de la consistencia y la potencia de las elecciones artísticas. Es uno de los lanzamientos españoles del año, sin duda. — Flor Viva

Veneno Crew — Acentomático

Cuando se conversa con los expertos del rap chileno hay un nombre escurridizo pero recurrente: Nadie. Es el arma secreta de Santiago de Chile, técnico como pocos y con constantes salidas inesperadas para sus sílabas. El exmiembro de Rapalapar forjó una reputación de favorito de favoritos con versos de primera desperdigados por aquí y por allá. La salida de Acentomático se celebra porque significa un delivery a gran escala de rimas del Nadie. Y aunque el contexto todavía no sea solista, difícilmente podría estar mejor acompañado.

Es difícil imaginarse una edición de Rap Sin Cuenta sin Matiah Chinaski. Estuvo en 2021 con Mantoi y La Quinta Pata del Pescado, también con DJ Pere y Hoy No Me Bañé en 2020, y si imaginamos versiones anteriores habrían estado El Tostador, La Dieta del Murciélago, Corte Elegante, Pareidolia y Elefante. Este cantautor en forma de rapero no solo es de las voces más originales de su escena, también es tremendamente prolífico y su espíritu colaborativo hace que sus trabajos tengan poco de solitario y mucho de variedad.

Veneno Crew son Matiah, El Nadie y Maldito Fen, el encargado de todo lo instrumental. Son tres personas que podemos poner en listas de Los Mejores De etcétera, pero que hacen lo posible por destacar por ser incomparables en su búsqueda de sus propios estilos. Esparcir veneno del bueno está por encima de todo.

Acentomático era una apuesta segura y no decepcionó en lo más mínimo. Sus ocho temas hacen realidad los deseos de cualquier seguidor de estos letristas gamberros reprobados en marketing. Sus plumas se mantienen infalibles, por esa disciplina de “Quedarme calvo de tanto escribir como Saitama”, y entre breaks torcidos hacen equilibrios samples de receta chilena y algunos que hasta podrían haber mutado en grimy fácilmente pero reafirmaron su escuela. A Matiah se le caen citables como si nada (“Un pecho es un collage con fotos de sueños borrosos”) y Nadie marca la pauta con versos romperécords como el de “Plus Ultra”. Se agradece que los tres sigan haciendo lo que quieran y decidan compartirlo. — Agustín Wicki

L’Xuasma & El Arkeólogo — De La Pulpa

Este es un disco de rap costeño en todo el sentido de la palabra, sacado de la pulpa, del corazón deL’Xuasma y convertido en música por El Arkeólogo; no tengo que presentar a uno de los mejores beatmakers del país.

Desde el intro del álbum se percibe la atmósfera caribeña. Inicia con unas palabras del escritor David Sánchez Juliao, recordándonos que ser uno mismo es la única manera de ser feliz. Después vienen nueve cortes para saltar, mover el cuello, bailar o ponerse nostálgico y triste, ambientados por beats de rap que suenan a reggae, blues, bullerengue o cumbia. Incluso hay lugar para un homenaje a Jhonny Rentería Martínez, uno de los artistas más destacados del Urabá antioqueño, esa zona medio paisa y medio costeña, a mitad de camino entre el Arkeólogo y L’Xuasma. De La Pulpa cierra con unas palabras de uno de los pocos rockstars colombianos, nacido en La Guajira y famoso por su música y por su vida: Diomedes Díaz. Un final más costeño no se podía.

El slang que pulula en las letras del rapero cartagenero nos delimita un territorio. De entrada, sabemos que es un rap hecho con la alegría que da tener al mar y la playa de vecinos, pero también con la dureza de vivir la pobreza en medio de hoteles de lujo. Una mezcla que, junto a un sonido impecable, nos deja, como dice el mismo Xuasma, cule vaina makia.

Las colaboraciones del álbum son pocas, Z-Kruel se encarga de los scratches en dos canciones y Fa-Zeta en una más y en el outro. Anyone, de No Rules, y Gambeta, ahora en el mic, son los únicos MCs invitados, en dos de los mejores tracks del disco: “Andergraun’” y “La Pesca”; son, como lo esperaríamos, puro boom bap.

Esta es la segunda vez que escuchamos un álbum colaborativo del Arkeólogo con un rapero de la costa caribe colombiana. Hace tres años fue MC Ari con El Sinsonte, en el que también participa L’Xuasma, en “Liga Senior”. Su éxito no consiste solamente en su alta calidad musical, sino también, conectar al rap costeño con el circuito rap de Colombia que muchas veces se limita a Bogotá, Medellín y, algunas veces, Cali. — Julián Roncancio

Yoga Fire & Kamaro – Música Prohibida

La Música Prohibida es un concepto irónico, ilustrando cómo fue que el rap pasó de ser uno de los géneros más despreciados por la clase alta e intelectual de México para convertirse en un movimiento popular. Boom bap, trap, R&B, dancehall, reggaetón, mucho auto-tune y una dosis de barrio mexa pueden escucharse en este álbum colaborativo de Yoga Fira, rapero del Estado de México de la HomeGrown Mafia, y Kamaro, quien después de ser uno de los representantes del underground a principios de la era del internet, ha llegado para traer de vuelta el rap a las calles de la CDMX. – Héctor Elí

Young Miko — Trap Kitty

La rapera más destacada de Puerto Rico ahora mismo se llama Young Miko. Algunos dirán que es YOVNGCHIMI, el trapper de la Isla con la voz más particular del momento. Sin embargo, Miko se diferencia por contener en su estilo la actualidad misma. Queer, fan del animé, la poesía y el hip hop, Trap Kitty es el espejo del rap en español de una nueva generación. Beats modernos de trap, drill y reggaetón, sumado a un flow imbatible, Trap Kitty de Young Miko es de los proyectos musicales que probablemente tendrán más impacto en el futuro. — Héctor Elí

Escucha acá lo mejor del rap en español de 2022

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Santiago Cembrano
Lenguaje Roto

Autor de ‘La Época del Rap de Acá’ y ‘Normas Rappa’ // Antropólogo. Escribo de rap, música y cultura.